Si asimiláramos el pulso de los últimos 18 meses entre gobierno y mercado eléctrico, a un partido de futbol de 90 minutos, faltando aún 10 minutos del segundo tiempo, más el tiempo extra, un analista externo (en este caso quien escribe), evidencia un dominio indiscutible del equipo Gobierno (no equipo Creg en este caso porque ese equipo hace unos meses fue absorbido por el equipo Ministerio), sobre el equipo Mercado. El público, con tribunas llenas, es como siempre el usuario, que ha presenciado uno de esos partidos horribles de ver, con poco estilo, solo juego brusco, patadas, muchas tarjetas amarillas y un par de expulsiones de cada lado. Uno de esos partidos que desdicen de, como decía algún comentarista, “lo bonito que es el futbol”.
Las razones de la victoria parcial del equipo Gobierno, en criterio de este comentarista son:
- La Justicia tarifaria fue un cuentazo. Las tarifas corrigieron, o al menos disminuyeron sus incrementos por razones ajenas a esa intervención (simplemente la inflación empezó a ceder). Pero al hincha furibundo no le importa el cómo, le importa el resultado. El gobierno salió bien en la foto, especialmente por el apelativo de “tarifa justa” (¿a quien no le suena bien?), mientras agremiaciones y empresas se vieron deslucidas, mal paradas. Al final, las promesas de revisiones integrales a las fórmulas de indexación, al funcionamiento del mercado y demás, se quedaron en eso, anuncios vía Twitter. Dirían los capitanes de los equipos en el entretiempo “no se nos dieron las cosas”.
- En el primer tercio del primer tiempo, el gobierno estuvo por anotarse un par de autogoles. Vía primero la intentona presidencial de arrebatarse las funciones del regulador. Posteriormente a través de los decretos de emergencia de la Guajira. El público agradeció la intervención de los árbitros (las Cortes), para poner de presente que el reglamento del torneo debe respetarse.
- El primer tiempo finalizó con empate a ceros. De fondo, no pasó nada que propendiera por la calidad del espectáculo. Flojas ruedas de prensa, nivel de juego bajísimo. Técnicos con poca experiencia e improvisando. Incluso el equipo Gobierno, al estilo “Ted Lasso”, intentó con una directora técnica de balón mano tratando de diseñar una estrategia que confundiera al adversario, apuesta que no salió del todo bien (aunque hay que decirlo, si logró confundir). El público, sin embargo, estaba en modo “compás de espera, hay que esperar al segundo tiempo…”.
- Viene entonces el segundo tiempo, en el que las condiciones del campo de juego empeoraron considerablemente. Se secó el pasto, de verde pasó a amarillo, la pelota empezó a rebotar de forma extraña. El equipo mercado se sintió más cómodo ante las nuevas condiciones, mientras que el equipo Gobierno se veía desubicado. El primero, aunque históricamente ha contado en sus filas con jugadores que no entienden el concepto de juego limpio, se comportó racionalmente ante la nueva coyuntura. Aunque la tribuna no terminaba de entender su nuevo estilo de juego, actuó responsablemente, cuidó la cancha y el espectáculo. De vez en cuando una patadita aquí, otra allí, pero sin mérito siquiera de sanción por parte del juez. El segundo, el equipo Gobierno, si empezó a lanzar patadas. Juego sucio. Empezó a presionar a la organización y a los árbitros. “vamos a perder este partido, algo hay que hacer”. La jugada fue entonces amenazar al equipo mercado con una intervención a la formación del precio de bolsa, esa que en esta columna se tituló como intervención torpe, riesgosa, que podría acabar con el deporte mismo y dejar a todos en la tribuna sin espectáculo (apagarnos).
- Lo increíble del asunto, es que la amenaza se quedó en eso, pero el equipo Gobierno empezó a pulir su estrategia. Reorganizó y empezó a emitir una serie de regulaciones que, de manera acertada, atacaron el problema que debían atacar. Relajaron las condiciones de contratación para que comercializadores de energía redujeran sus exposiciones al precio de bolsa, promovieron la entrega de energía excedentaria de manera temporal y además, el clima jugó a su favor. Medidas bien encaminadas, más acertadas, que si bien no solucionan el problema de fondo, al menos dan la sensación de un dirección técnica más acorde al deporte. Es en ese momento en que el equipo Gobierno anotó su gol. Un gol de esos medio feo, de rebote, pero gol al fin de cuentas. El precio de bolsa, sin necesidad de intervención, se ha mantenido, desde el momento del anuncio de intervención, justamente en el rango de precios que la resolución amenazante desnudó como tolerable. Entre los 500 y 550 pesos / KWh. El Gol es: no se intervino, se quedó en amenaza, pero el resultado, como le gusta a la tribuna, es que el gol se validó (sin necesidad de VAR).
- Ahora, el partido no ha terminado. Si bien, como resultado del ajuste de estrategia y un poco de suerte las cosas han salido bien hasta el momento, también es cierto que un resultado de 1-0 es corto, y falta tiempo. Y lo que la tribuna no ha entendido, tal vez el equipo Gobierno tampoco y menos aún el equipo Mercado, es que este juego de hacernos pasito puede salirle muy costoso al país. El embalse agregado está en niveles mínimos, empiezan a asomarse las lluvias en algunas regiones del país, pero los aportes aún están lejos de garantizar un aumento de la reserva hídrica. De prolongarse la sequía es inevitable que el precio de bolsa reaccione al alza, además que no podría garantizarse la confiabilidad en el abastecimiento. Si esta etapa de sequía se prolonga un par de semanas más allá de lo que indican los pronósticos climáticos, el partido no se gana o se pierde, se cancela. Perdemos todos, empezando por los aficionados, que nos quedaremos sin espectáculo. El equipo Gobierno y el equipo Mercado seguirán discutiendo, al menos por dos años más, los cambios a las reglas de juego. Cada uno tirando para su lado, con verdades a medias y destruyendo con su tozudez la historia del deporte.
- Tal vez podríamos ser más optimistas. Pensar que por fin el equipo Gobierno entendió que a las patadas la estrategia no sale tan bien, que el tema si amerita tecnicismo, que se requieren reformas que ya están estudiadas que se deben acelerar, que hay que dar claridad para traer nuevos talentos y hacer atractiva a nuestra liga. Mientras que el equipo Mercado entiende que si conserva la estrategia lo pueden golear, pierde patrocinios, se envejece, entra en crisis y se va a jugar en la B.