“Pos” Niño y sin gas: una crisis energética anunciada

La Regulación Energética es un factor clave para cualquier agente del sector, por lo tanto, no permite desactualización. En Óptima queremos apoyar a nuestros Clientes no solo en el entendimiento de las políticas energéticas, sino también en la transformación que estas puedan generar en términos de prestación y aprovechamiento de los servicios de energía.

Nuestro equipo multidisciplinario de profesionales ha preparado este informe mensual, en donde analizamos las últimas novedades del sector.

Continúa el nerviosismo sobre la atención de los servicios públicos, esta vez motivado por factores inesperados y otros que pudieron ser previsibles pero que ante la falta de ejecución tiene nuevamente la prestación continua de estos servicios en riesgo. Actualmente, Colombia enfrenta la obligación de generar energía eléctrica con gas natural, mientras la oferta del energético se perfila hacia el déficit nacional. El problema del gas en Colombia no es nuevo; desde hace más de una década, las señales de alerta sobre la autosuficiencia del suministro han sido evidentes, pero la transición hacia la importación de gas se hizo inevitable, especialmente a través de la planta de regasificación de Cartagena. Esta dependencia ha expuesto al país a vulnerabilidades logísticas y de mantenimiento, afectando directamente la confiabilidad del sistema, pues la única planta que importa, almacena, regasifica e inyecta gas al Sistema Nacional de Transporte (SNT) requiere mantenimiento urgente. Dicha planta, además, soporta las obligaciones de energía en firme de agentes térmicos cruciales para el despacho de energía eléctrica.

A pesar de que se había anticipado superada la temporada de El Niño del primer trimestre del año, su efecto ha sido más prolongado de lo previsto. Adicionalmente, la expectativa por la llegada de una época de aportes hídricos superavitaria, que rápidamente aliviara las condiciones que resultaron de la prolongada sequía, un fenómeno de La Niña, no se materializó. Incluso, no se han percibido, en términos de aportes hídricos, siquiera condiciones de neutralidad. En resumen, sigue lloviendo mucho menos de lo esperado, aportes aún inferiores a la media histórica para la temporada. Los embalses – que soportan el 70% de la matriz energética de Colombia – se mantienen en niveles críticos (mínimos históricos para la época), lo que pone en riesgo el abastecimiento de energía eléctrica, especialmente para los primeros meses de 2025. Esta situación también ha derivado en racionamientos de agua en Bogotá, aumentando la incertidumbre sobre el aprovisionamiento de servicios básicos en la capital.

Como parte de esta “tormenta perfecta” y ante la evidente necesidad de generación térmica que garantice y respalde, como está concebida la matriz eléctrica colombiana, este faltante de generación hidráulica, el mercado de gas natural se encuentra en una crisis profunda, marcada por la falta de exploración onshore. La renuncia a la autosuficiencia de gas natural y la dependencia de proyectos offshore, que requieren plazos de desarrollo más largos e inciertos, han sido decisiones estratégicas que empiezan a cobrar factura. Los esfuerzos para desarrollar proyectos como los de la cuenca Caribe han enfrentado desafíos técnicos y regulatorios, lo que impide una rápida puesta en marcha y agrava la situación del abastecimiento. Por ahora, la continuidad del desarrollo de algunos de estos proyectos tendría que ser suspendida por solicitud de comunidades indígenas.

La Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) y los lineamientos de política pública han retrasado el desarrollo de los proyectos que requería con urgencia este sector, dejándonos en “cuidados intensivos”, como ya se ha hablado en otros informes de Óptima Consultores. Esto ha impedido cerrar acuerdos de suministro a largo plazo, dejando al mercado en una situación de desabastecimiento previsto para los próximos años. La presidenta de Naturgas ha advertido que el déficit de gas alcanzará hasta el 30% de la demanda para 2026, mientras que el Gestor del Mercado confirma falta de oferta para los siguientes 9 años de gas, con lo cual el balance de gas natural ya preveía la condición de déficit, de modo que no puede hablarse de mera percepción de los actores del mercado.

Esta condición de escasez del energético refleja ya alzas en los precios de la molécula y alta incertidumbre especialmente para el sector de consumo industrial, que al ser uno de los últimos en el orden de prioridad ante el caso de un racionamiento de gas, se encuentran hoy en día esperando que sus distribuidores y comercializadores les garanticen gas para el siguiente año que comienza en diciembre del 2024. Así, el estado de los diferentes agentes de la cadena de suministro se encuentra en desequilibrio: productores que no tienen qué disponer para los siguientes años al mercado, distribuidores y comercializadores que tienen una demanda capturada pero cuyos proveedores no pueden garantizar el abastecimiento, y un usuario final que, en el caso de los hogares y de algunas industrias que buscaron descarbonizarse, no tiene respuesta de sus distribuidores y comercializadores sobre solicitudes de renovación de contratos o alertas sobre el abastecimiento, todo esto reflejando la incertidumbre del desenlace de la contratación.

El margen de maniobra del sector industrial está muy limitado especialmente porque sus distribuidores y comercializadores no han sido claros en sus expectativas a corto plazo, y este sector de consumo suele adquirir compromisos del energético a corto plazo. Pero al igual que debe prepararse el país, la mitigación del riesgo en sus operaciones disminuirá en la medida en que aumente la diversificación de su matriz energética. Superar eventos de mantenimiento de infraestructura, ante la estrechez del energético, afecta sin duda a todos los consumidores de gas del país y puede resultar en que estos evalúen situaciones de otros combustibles, decisión que debe ser analizada a profundidad, dado el entorno complejo que también caracteriza a los sustitutos naturales.


Proyecciones para el mes de octubre de 2024

  • Precio de bolsa promedio del mes: Entre 1,400 y 1,600 $/kWh.
  • Aportes hídricos: Entre el 58% y el 65% de la media histórica del mes.
  • Nivel de reservas al cierre del mes: Entre el 52% y el 57% de su capacidad útil.

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